La clase tiene un nombre: José María Ruíz-Mateos

No sé como empezar este post, pues aún me dura la sorpresa y la alegría por lo que me ha sucedido hace un rato. Ha sido un momento muy bonito, que ha finalizado con mis ojos llenos de lágrimas de emoción.

Pero tengo que retrotraerme a hace unas horas para contaros todo con detalle: A media mañana me ha llamado mi hermana, que a su vez la había llamado una prima nuestra, hija de Manuel Paz, (q.e.p.d.), hermano de mi padre y, hasta su fallecimiento, Director General de Rumasa en mi ciudad.

Entre todos intentaban localizarme, por no sé que motivo. Esta misma tarde, mientras venía de realizar unos recados, he sabido por que deseaban localizarme.

He recibido una llamada en mi móvil de Zoilo Ruiz-Mateos, a la sazón hijo del, para mí, ilustre Sr. D. José María Ruiz-Mateos.

Me ha llenado de orgullo y satisfacción el motivo de su llamada: el agradecerme, de parte de su padre y de toda su familia, el detalle de haber escrito en este blog, un artículo sobre su padre y la mal llamada Expropiación de sus empresas, (para mí un ROBO, con mayúsculas).

Hemos hablado de como me ayudó cuando era yo muy pequeño, cuando los doctores creyeron que yo tenía un grave problema de corazón, y mi amigo, (no me equivoco cuando lo llamo AMIGO), José María Ruíz-Mateos, tanto a mis padres como a mis tíos, (dos de ellos, Arturo y Manolo, ambos ya, desgraciadamente fallecidos, y gracias a Dios trabajadores de sus empresas), les dijo que me llevasen a intervenir quirúrguicamente adonde hiciese falta.

Hemos hablado de como mi padre, después de treinta y siete años felices trabajando en RUMASA, fue despedido cuando la expropiación, y tuvo que irse con una mano delante y otra detrás, y como, tres años después murió prácticamente de pena, pues su vida era ir a trabajar.

De cuan orgullosos estábamos todos los que formábamos parte de la familia de RUMASA, de lo bonito que fueron los años que me llevé estudiando la Formación Profesional Administrativa en su centro.

Recuerdo cuando nos preguntaban: ¿y tu marido, tu padre donde trabaja?, y como cuando contestábamos, en RUMASA, las gentes emitían sonidos de aprobación y nos felicitaban por ello.

Dicen que de bien nacido es ser agradecido, y sé que nunca terminaré de agradecerles a esta gran familia los años tan bonitos y felices que nos hicieron pasar, tanto a mi, como a mi familia, como a esas familias de esos miles de trabajadores que tenían, y que, afortunadamente, vuelven a tener.

Gracias, amigos, gracias FAMILIA RUIZ-MATEOS. Ojalá, con vuestro gran trabajo y vuestras empresas, JEREZ vuelva a ser lo que era antes del robo de 1.983.